EL hospital de san Joan de Deu
de Barcelona es uno de los centros de referencia para el tratamiento de la epilepsia infantil, la cual solo responda a cirugía
que es el caso de 1 de cada 3 personas con esta patología.
Por ello en octubre del 2017 dicho hospital se hizo cargo de una paciente de Gran Canarias de 14 años que llevaba
sufriendo la patología desde los 3 años y había llegado a un punto que los
numerosos ataques no la dejaban seguir
con su vida, por lo que con tan corta edad se encontraba invalidada por el
miedo de que en cualquier momento podía sufrir una crisis epiléptica, por ello
decidieron compaginar un equipo de neurólogos, neuropediatras, neurocirujanos, neurofisiologos,
neurorradiologos y neuropsicologos para intervenir a la paciente con una técnica
que no es frecuente utilizar en menores, como es llevarla a cabo con la
paciente anestesiada para que no sienta dolor pero durante las 6 horas que dura
esta cirugía la persona debe estar despierta y colaborando con el equipo médico
en su operación.
Aunque unos 15 días antes de
entrar al quirófano los neurocirujanos la implantaron unos electrodos
intracraneales que monitorizaron su actividad cerebral en busca de la zona
afectada que produce la enfermedad, que en su caso era el hemisferios
izquierdo que es el encargado de unir el área occipital con el temporal que a
su vez son los responsables de la vista, lenguaje y la función lectora.
El día de la cirugía como los previos, se la explico a la adolecente
en qué consistiría como su duración y lo que ella debía hacer en las 3 horas
que tenía que desarrollarse con ella despierta aunque anestesiada.
En la 1º parte la chica estaba
anestesiada completamente dormida ya que era necesario para poder colocarla unos fijadores de cabeza
asegurando con ello que esta no se movería hacia los lados, e introducirla en el cerebro un
neuronavegador en que mediante un ordenador se van viendo las imágenes que
previamente el equipo médico ha metido en él, que suelen ser radiografías,
resonancias magnéticas y tomografías para comparar y verlo en el momento que se
realizó la prueba y como estaba realmente con el cerebro abierto, lo que ayuda
a que sea una intervención precisa, a continuación despertaron a la paciente, la cual seguía con anestesia pero esta vez
local con el fin que no sintiese dolor, pero sin llegar a que se durmiese,
ya que era el momento de extirpar el
foco responsable de la epilepsia, y para ello un neurofisiologa con un bolígrafo de electrodos iba estimulando la
zona en busca de respuestas positivas a la vez que una neuropsicologa le iba haciendo diversos test y preguntas a la
chica, para comprobar que la zona cerebral que la estaban tocando no la
afectaba en la lectura y lenguaje y si esto pasaba, lo mejor era dejar esa
zona como estaba y buscar otra camino que llevase
a su extirpación sin afectar los sentidos de la chica y después de numerosas
horas se consiguió realizar con éxito.
De hecho la paciente a día de hoy, que han pasado 5 meses desde la intervención no ha vuelto a tener ninguna
crisis epiléptica ni síntoma de la enfermedad.
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