miércoles, 31 de enero de 2018

Campaña de sensibilizacion Ponte en mi lugar en el colegio Wenceslao Fernández Flores

El 29 de enero se llevó a cabo en el Colegio Wenceslao Fernández Flores  (Cambre, A Coruña) la campaña Ponte en mi lugar que estuvo dirigida especialmente a los escolares de 5º y 6º de primaria con la finalidad de concienciarles sobre la existencia de las personas con diversidad funcional y las dificultades a las que se deben enfrentar a diario para superar las barreras que están presente en la ciudad aunque la mayoría de la población parece no verlas.
Para ello se encargaron la Asociación Gallega contra las Enfermedades Neuromusculares (ASEM Galicia) Y la Asociación de Personas con Diversidad Funcional y Familiares (ARELA), quienes se encargaron primero de realizar una charla con proyecciones para que los menores se familiarizaran con los artículos existentes para facilitar la vida a las personas que así lo necesiten para poder llevar una vida más independiente especialmente a la hora de deambular, comer, coger objetos, etc. y a continuación conocieron al deportista parapléjico Ángel López que les explico cómo participa en maratones gracias a su bicicleta parapléjica (Hand bike) y para acabar pudieron probar lo que se siente al tener que moverte en una silla de ruedas, andadores, con muletas,  e incluso con la hand bike que les dejo probar Ángel y también se pusieron a prueba lo que se siente  faltándote un sentido principalmente la vista o la audición.
Entre los alumnos se pudo comprobar la gran sorpresa que se llevaron la mayoría al comprobar que hay personas que no pueden realizar aquellas acciones que la mayoría las tenemos tan normalizadas como es abrocharse un botón o la existencia de cubiertos adaptados para las personas que tiene problema de coordinación o falta de fuerza en las manos, al igual que les paso cuando probaron las sillas de ruedas, siendo las frases más escuchada “cuesta muchísimo, me caigo, no puedo “ especialmente cuando se les quedaba atascada la rueda debido a una barrera como podía ser un bordillo, una baldosa levantada, rota o mismamente una tapa de alcantarilla o un agujero cuando se trata de un parque o baches si es una zona de carretera, por lo que muchos fueron conscientes de que o bien les ayudaba un compañero o efectivamente no podían ser todo lo autónomos que les gustaría.
En la misma línea sucedió cuando probaron a andar con los ojos vendados poniéndose en la piel de las personas ciegas, que todos pudiendo en común la misma conclusión “que difícil que debía de ser desplazarse para las personas sin visión que caminan solas, aunque lleven un perro guía o compañero”.

Por ultimo Raquel Zazo voluntaria de ASEM  subrayo que “los niños participaron mucho y se vio que les llamo la atención ver su ciudad  desde otro punto de vista, la cual es obligada para muchos vecinos por lo que ahora son más conscientes de las barreras con las que conviven a diario las cuales si no tienes diversidad funcional suelen ser invisibles”



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