El 29 de enero se llevó a cabo en el Colegio Wenceslao Fernández Flores (Cambre, A Coruña) la campaña Ponte
en mi lugar que estuvo dirigida especialmente a los escolares de 5º
y 6º de primaria con la finalidad de concienciarles
sobre la existencia de las personas con diversidad funcional y las dificultades
a las que se deben enfrentar a diario para superar las barreras que están
presente en la ciudad aunque la mayoría de la población parece no verlas.
Para ello se encargaron la Asociación
Gallega contra las Enfermedades Neuromusculares (ASEM Galicia) Y la Asociación
de Personas con Diversidad Funcional y Familiares (ARELA), quienes se
encargaron primero de realizar una charla
con proyecciones para que los menores se familiarizaran con los artículos existentes
para facilitar la vida a las personas que así lo necesiten para poder llevar
una vida más independiente especialmente a la hora de deambular, comer, coger
objetos, etc. y a continuación conocieron
al deportista parapléjico Ángel López que les explico cómo participa en
maratones gracias a su bicicleta parapléjica
(Hand bike) y para acabar pudieron
probar lo que se siente al tener que moverte en una silla de ruedas, andadores,
con muletas, e incluso con la hand bike
que les dejo probar Ángel y también se pusieron a prueba lo que se siente faltándote un sentido principalmente la vista
o la audición.
Entre los alumnos se pudo comprobar
la gran sorpresa que se llevaron la mayoría al comprobar que hay personas que
no pueden realizar aquellas acciones que la mayoría las tenemos tan
normalizadas como es abrocharse un botón o la existencia de cubiertos adaptados
para las personas que tiene problema de coordinación o falta de fuerza en las
manos, al igual que les paso cuando
probaron las sillas de ruedas, siendo las frases más escuchada “cuesta muchísimo, me caigo, no puedo “
especialmente cuando se les quedaba atascada la rueda debido a una barrera como
podía ser un bordillo, una baldosa levantada, rota o mismamente una tapa de
alcantarilla o un agujero cuando se trata de un parque o baches si es una zona
de carretera, por lo que muchos fueron conscientes de que o bien les ayudaba un
compañero o efectivamente no podían ser todo lo autónomos que les gustaría.
En la misma línea sucedió cuando probaron a andar con los ojos vendados poniéndose en la piel de las personas
ciegas, que todos pudiendo en común la misma conclusión “que difícil que debía de ser desplazarse para las personas sin visión
que caminan solas, aunque lleven un perro guía o compañero”.
Por ultimo Raquel Zazo voluntaria
de ASEM subrayo que “los niños participaron mucho y se vio que
les llamo la atención ver su ciudad
desde otro punto de vista, la cual es obligada para muchos vecinos por
lo que ahora son más conscientes de las barreras con las que conviven a diario las
cuales si no tienes diversidad funcional suelen ser invisibles”
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