El 19 de enero se llevó a cabo en FITUR la presentación de la memoria del observatorio de la accesibilidad
universal del turismo de España, que fue realizado por Fundación once después de haber analizado 4.000 hoteles, 40.000 restaurantes, numerosas oficinas de
turismo así como playas y páginas web de
más de 57 destinos, además de haber entrevistado a mil usuarios y gestores.
El evento contó con la presencia de
Matilde Asían secretaria de Estado de turismo que mostro especial interés por
saber qué nivel de accesibilidad se ofrece en el sector turístico a las personas
con diversidad funcional, la cual se comprobó que es menor de lo que se esperaba,
también estuvieron Jesús Hernández
director de accesibilidad universal e innovación de la fundación Once, José María Gonzales presidente de
Exceltur, y Alberto Duran vicepresidente
ejecutivo de Fundación ONCE, que fue el encargado de dar a conocer los
resultados de este informe, que entre otras cosas mostro que cerca de 1.500 hoteles dicen ser aptos para usuarios
de sillas de ruedas pero la realidad es que solo disponen de aseos adaptados y
un acceso correcto, pero sin embargo la recepción no está accesible, en un 40% de ellos no cuentan con una habitación
adaptada y en la mayoría el personal
no tiene la formación adecuada para atender a este colectivo de usuarios.
Así mismo en los restaurantes
solo un 26,4 % (10.400) son realmente
aptos o tienen algo adaptado, mientras que más de un 50% (20.000) no cuentan ni siquiera con un aseo accesible y el
45% (18.000) no disponen de un acceso adecuado desde la calle y ninguno cuentan con un formato
alternativo a la hora de presentar la carta
ni con personal formado para
atender correctamente a las personas con diversidad funcional que entre en sus
locales y necesiten ayuda.
Mientras que las oficinas de turismo
tampoco muestran un servicio apto ya que el
60% de ellas no cuentan con una atención accesible y un 70% les faltan conocimientos
e información sobre la accesibilidad en los recursos turísticos de su
localidad, por ello no es de extrañar que
ocurra lo mismo con las rutas turísticas
de las cuales solo un 20% son realmente
accesibles.
En lo único que si se aprueba
es en las playas ya que las que dicen ser accesibles en realidad lo son o
por lo menos cuentan con personal formado en atender a este colectivo, aunque
algunas de ellas deberán mejora el acceso y la movilidad en los aseos.
Conociendo estas conclusiones Jesús
Hernández no dudo en señalar que hay
un serio desajuste entre la percepción de accesibilidad en un sector turístico y
lo que realmente supone ser un espacio accesible para una persona con
diversidad funcional, comprobando así que ambas ideas no colinden en absoluto.
Aunque mucha culpa de ello lo
tienen las empresas que consideran que mejorar la accesibilidad de sus establecimientos
les supondrá un gasto económico muy alto, que a su entender no les saldría rentable
ya que no cuentan con un número importante de demandas para llevarlo a cabo,
aunque esto último choca bastante ya que un local 100% apto beneficia a todos
los usuarios e incluso al empresario, que un 30% de ellos reconocen les falta
conocimientos sobre la accesibilidad universal y la atención turística a las
personas con diversidad funcional, mientras que un 28% afirman que encuentran muy complejas las normativas
de accesibilidad y que les falta información.
Así mismo el punto positivo es que un 56% de negocios afirman querer llevar a cabo un compromiso con la inclusión
de este colectivo, hecho que parece confirmar un 11% de los empresarios, los cuales ya cuentan con un responsable de accesibilidad en su negocio y un 10%
asegura haber contratado a personas con discapacidad, y 1 de cada 10 han
conseguido un certificado o distintivo accesible de su local.
Por su parte José María González
hizo especialmente hincapié en que “el sector tendría que pararse a pensar
cuánto dinero está dejando de ganar por no tratar como debería a este colectivo
y convencerse de que ofrecer unos servicios inclusivos aporta una ventaja
competitiva en excelencia y diferenciación” así mismo también se mostró
positivo al ver que las personas con discapacidad empiezan a abrirse puertas en
el mundo turístico para su inserción laboral.
Así en su turno Alberto Duran
ofreció tanto a la administración pública, como a la industria del turismo su
experiencia para trabajar en conjunto y conseguir que España sea líder en el turístico
internacional adaptado.
Mientras que Jesús Hernández
lamento que “Los gestores de servicios
turísticos no terminan de convencerse de que las personas con discapacidad y
necesidades especiales suponen un nicho de mercado potencial para los negocios”,
y recordó que son personas que viajan
con la misma frecuencia que aquellos que no presentan necesidades especiales,
de hecho se comprobó que en 24 meses las personas con diversidad funcional
puede viajar 7 veces mientras que alguien sin discapacidad lo hizo 8 veces, por
lo que su única diferencia fue el gasto económico, ya que en el 1º caso tuvo
que desembolsar de media 813,65 € y en el 2º solo necesito una media de
637,60€.
Por último se cerró el informe con
la conclusión de que al sector turístico
le cuesta identificar lo que es en realidad la accesibilidad, debido casi
siempre a falta de información y de acciones de asesoramiento o sensibilización
digital de la material, por lo que tampoco conoces las acciones beneficiarias
que supone la integración laboral de las personas con diversidad funcional en
el turismo.
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