Para ello se harán como 2
bandos pero trabajando para llegar al mismo sitio, por un lado se llevara a
cabo para la unión de Bélgica, Chipre,
Estonia, Finlandia, Italia, Malta, Eslovenia y Rumania y por otro lado estaría la unión de Alemania, Bulgaria, Francia, Italia y
Holanda
Aunque para Felipe Orviz
asesor jurídico de la Fundación Alpe Acondroplasia
es inquietante que España no quiera pertenecer a ninguna de esta unión, por lo
que al ponerse en contacto con la tanda de los 2º países para formar una Asociación
Europea de Personas de Talla Baja, donde se dieron cuenta que muchas
asociaciones de esos países ya estaban trabajando en la creación de un proyecto
europeo basada en el desarrollo de la Tarjeta Europea de Discapacidad, por lo
que se lo hicieron saber a Jonas
Fernández ya que este siempre les
ayuda en todo .
Al igual que también subrayo “ya
hay un acuerdo de ámbito europeo por lo
que se reconoce en todo el territorio comunitario la tarjeta de estacionamiento
para personas con movilidad reducida pero
no ocurre con las prestaciones de la Seguridad Social, de empleo, de
atención temprana, en el ámbito sociosanitario y se trata de que sean derechos
reconocidos por todos los países.
Por lo que la UE en conjunto como en países
independientes deberán ratificar la convención de la ONU sobre discapacidad
que es el instrumento jurídico de
defensa y promoción de los derechos más avanzado y más progresista que existe
tanto la promoción como en los cambios normativos que implican los derechos que
hay ahora mismo y quieren que sirva como base para el desarrollo de la Tarjeta
Europea.
Consiguiendo así un convenio fundador del modelo social de discapacidad
que lo que viene a decir es que el factor discapacitante no es la condición
física de la discapacidad sino que es la sociedad que impide a las personas con
algún tipo de diversidad o discapacidad poder desarrollar sus derechos de forma
igualitaria con el resto de la gente.
Por lo que lamento la ausencia española en el proyecto y la achacó a que es una cuestión
política de prioridad.
Si
queremos una Europa social, una Europa de los ciudadanos pues qué mejor que
armonizar los derechos de los colectivos más excluidos socialmente de los que
forma parte el de los discapacitados, a la vez que hay que tener claro que si hay libertad de movimiento para operaciones
económica y mercantiles lo que no puede ser es que se pongan trabas a los
derechos de las personas, por lo que mi demanda va mucho más allá en su
ambición de reconocimiento de prestaciones socio sanitarias”.
Por ultimo saber que los primeros países fueron seleccionados en 2015
mediante una convocatoria de proyectos nacionales para crear la tarjera tarjeta
europea de discapacidad reconocida por todos y las ventajas que lleva consigo,
la cual se empezó a llevar a cabo en 2016 con el objetivo de garantizar así la igualdad
de acceso a determinadas ventajas específicas, sobre todo en cultura, ocio,
deporte y transporte, los cuales en ningún momento contaron con contribución española.
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