Mónica Baeza es una pediatra con diversidad
funcional y plaza fija en el HUCA, pero debido a la
falta de personal está pasando consulta desde hace
tiempo en Cangas de Narcea, sin embargo por tener una enfermedad
rara crónica y progresiva, pidió un cambio al centro hospitalario de Oviedo
donde debería estar trabajando de manera fija, además acción
recomendada incluso por el jede de riesgos laborales de
medicina preventiva del HUCA, quien subrayo que “ Por el
estado de salud a Mónica Baeza se le recomienda siempre que sea posible, que
trabaje lo más cerca posible de su domicilio, el cual está situado en la
localidad de Oviedo, debido a que su patología le limita a la hora de conducir
por carreteras sinuosas como las de los pueblos del suroccidente, que tendría
que recorrer de ejercer en Cangas de Narcea”.
Por si esto fuera poco incluso llego a ser requerida por la
gerencia del área del centro, ya no solo por su salud, sino también por
tener una mejor conciliación ya que tiene 2 hijos pequeños y
su marido también trabaja fijo en el HUCA.
Pero desde el SESPA la única respuesta que la dan es que
renuncie a la plaza o bien que acepte el reagrupamiento familiar trasladando
a su marido, también pediatra del HUCA al hospital
Carmen Severo Ochoa en Cangas de Narcea.
Como ella subraya “ Mi intención no es la reagrupación
familiar, es dejar esta plaza para atender en Oviedo, ya
sea en el HUCA donde está mi sitio y he sido pedida por la gerencia del área, o
bien en el centro de salud La Corredoira donde atendí durante 8 años las
consultas como interina.
No estoy pidiendo un privilegio, sino un derecho por mi
diversidad funcional, esto parece que el SESPA no lo debe
entender, pues siempre me dan la misma respuesta que es no, sin
embargo a mi marido sí que le moverían la plaza sin problemas mediante
una comisión de servicio, siendo esta propuesta totalmente paradójica.”
Por ello se ha visto obligada desde hace un mes
a trabajar en la sanidad privada en Oviedo y Gijón, ganando ella
en salud, pero no quiere acabar sin volver hacer hincapié en que “me he
sentido maltratada como persona y como profesional de la pediatría de Atención
Primaria.
No se tienen en cuenta mis condiciones personales ni las
necesidades asistenciales del Área Sanitaria IV, es vergonzoso
lo que nos están haciendo, que es echarnos de la sanidad pública.
Ejemplo de ello es que ninguno de los cuatro MIR que
han concluido su residencia se quedará trabajando en el Área Sanitaria
IV, y me consta que en junio habrá tres pediatras menos en Primaria.
Al gobierno no le interesa la atención primaria,
es evidente que para ellos no tenemos ningún valor, porque se está
beneficiando claramente a la atención hospitalaria.
En los centros de salud es cierto que hay pediatras, pero
están saturados porque ven 60 niños al día, no hay sustituciones
y mientras tanto se pone a médicos de familia a atender las consultas de
pediatría por falta de profesionales, cuando los hay pero nos ponen
impedimentos para ejercer, es imposible trabajar así”.
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