Que el santuario de Covadonga (Asturias) presenta numerosas dificultades e impedimento para su disfrute a las personas mayores o bien con movilidad reducida no es ninguna novedad, de hecho en los últimos años en la época de mayor afluencia es muy típico ver como un grupo de amigos/ familiares ayudan a subir las escaleras de acceso a la virgen a los mayores de la familia o a los niños, e incluso las personas dependientes de algún objeto de apoyo se ven obligados a dejar este afuera por no poder entrar con él debido al poco espacio con el que cuenta la cueva y en el peor de los casos directamente no pueden subir y se tienen que conformar con ver a Covadonga en las fotos que saque sus compañeros.
Por ello Adolfo Mariño sacerdote y recientemente abad del templo ha decido no parar hasta que esta situación cambie y consiga hacer de esta entidad un lugar accesible, empezando por realizar un anteproyecto en que muestra que por 35.000 € se podría facilitar el acceso a la cueva a todo el colectivo anteriormente nombrado realizando una rampa de madera noble antideslizante al lado izquierdo de donde está situada las numerosas escaleras que hay que subir antes de entrar a ver a la virgen.
Sin embargo la entidad no cuenta con ese dinero por lo que busca alguna entidad que se lo realice de forma caritativa o bien mediante subvencionar una gran parte.
Así mismo hizo hincapié en que “en el 2014 visitaron el santuario 1,2 millones de personas y se espera que en este año la cifra aumente bastante ya que la afluencia de público está siendo masiva tanto a diario como en fin de semana o festivo.
Por ello mi objetivo es que no termine el año sin que todos los peregrinos que acudan a Covadonga puedan acceder hasta la talla de la Virgen sin importar su situación física, la cual muchas veces debido a las escaleras muchos tienen que quedar fuera.
No se pueden tolerar las imágenes de visitantes en sillas de ruedas, con andadores o muletas esperando junto a las escaleras.
Es habitual recibir llamadas de grupos de excursionistas que preguntan si la cueva accesible, y no queda otra que responder que no, que en la cueva hay barreras.
Nos falta sensibilización con un tema que es muy importante, he visto a nietos sacar fotos a la Virgen y luego mostrársela a la abuela, que rezaba a la pantalla de un móvil, no hay derecho a ello.”
Seguidamente también recordó que actualmente el gobierno aprobó la Ley de Mecenazgo coincidiendo con el triple centenario del templo, por lo que esta ofrece buenas condiciones para los empresarios que quieran colaborar en hacer del lugar un sitio accesible, el cual no hay que olvidar que es de conocimiento internacional
Aunque de momento solo cuenta con un pequeño grupo de colaboradores que realizan la acción de manera desinteresada, se ha visto que la mejor opción serial la de realizar la rampa de madera noble antideslizante en el lateral izquierdo de las escaleras, convirtiendo ese lado la zona de entrada de todas las personas y dejando las escaleras solo de uso de bajada y siempre que la persona no tenga ningún problema ya que de ser así, también podría hacer uso de la rampa para bajar, todo ello de manera organizada con ayuda de los trabajadores, asegurando así un flujo continuo de visitantes de manera segura y adaptada a todos, pero el problema sería el precio que costaría en torno a 35.000€, cifra que la entidad no tiene, por lo que buscan alguna entidad que les pueda ayudar, de hecho creen que sería muy bueno poder involucrar en el proyecto a alguna empresa privada.
De hecho esta alternativa el patrimonio junto al ayuntamiento de Cangas de Onís y la competencia de urbanismo lo ven con muy buenos ojos el que se pudiese realizar algún tipo de convenio con la entidad que muestre interés.
Por ultimo subrayo que “Covadonga es un buque insignia del turismo en Asturias.
Sería la guinda para el centenario y un motivo de orgullo para aquel que contribuya a solventar el problema.”
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