miércoles, 8 de marzo de 2017

Manifiesto del Cermi DIa de la Mujer


¡NOSOTRAS TAMBIÉN PARAMOS!

Hoy 8 de marzo con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, las mujeres con discapacidad queremos trasladar un año más, ante las personas responsables de diseñar y poner en práctica políticas públicas y ante la sociedad en general, nuestras reivindicaciones como mujeres que permanecemos en una situación de exclusión injustificable.
La aprobación en los últimos meses de políticas regresivas en materia de igualdad en distintos países ha movido a las organizaciones de mujeres de todo el mundo a promover un día de paro general en reivindicación de la plena vigencia de nuestros derechos. 
La Fundación CERMI Mujeres y el CERMI Estatal se suman a esta petición, exigiendo a las organizaciones que integran el tejido asociativo de la discapacidad secundar este paro.
Porque… ¿qué ocurriría si durante veinticuatro horas las mujeres decidiéramos simplemente no hacer nada?  
Las mujeres con discapacidad somos el sesenta por ciento del total de población con discapacidad en nuestro país. Es decir, somos casi dos millones y medio de mujeres. Aún hoy nuestra exigua presencia en el mercado de trabajo se ve afectada por la existencia de una importante brecha salarial, dato éste que salta a la vista si se comparan nuestros salarios con las retribuciones que perciben los hombres con discapacidad. Esta brecha, además, se amplía dramáticamente si se compara con el resto de la población, mujeres y hombres, sin discapacidad.
Por su parte, la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, concebida en su día como un nuevo pilar del estado de bienestar y como piedra angular de una nueva política de los cuidados, ha acabado convirtiéndose en un sistema en declive continuo, que solamente ha conseguido mantener parte de su vigencia a través, una vez más, del trabajo invisible y precarizado que realizamos las mujeres –también las mujeres con discapacidad- en la esfera de lo doméstico.
En este punto, queremos reclamar nuestro espacio tanto en el ámbito productivo, donde seguimos estando claramente excluidas, como en el reproductivo, en el que desarrollamos importantes tareas de sostenimiento de la vida que quedan totalmente invisibilidades ante el falaz argumento de que solamente somos mujeres objeto de cuidado, a lo sumo, ciudadanas pasivas destinatarias de políticas asistenciales.
Las mujeres con discapacidad somos también parte de esas mujeres que sufren violencia de género, pero que cuando damos un paso para salir de ese infierno, nos seguimos encontrando con la inexistencia de recursos adecuados que den respuesta a nuestras necesidades: casas de acogida inaccesibles, obstáculos añadidos para acceder a la justicia, profesionales que desconocen nuestra realidad, incredulidad y sospecha en relación a nuestros testimonios.
A estos obstáculos también se enfrentan las mujeres que sufren violencia de género y que son madres de hijas e hijos con discapacidad, ya que tampoco encuentran los recursos necesarios que den respuesta a sus necesidades.
Somos asimismo esas ciudadanas a las que cercenan el derecho a decidir sobre nuestra capacidad reproductiva, sometiéndonos a procesos de incapacitación legal con el objetivo último de esterilizarnos sin nuestro consentimiento, todo ello con el amparo de nuestra legislación en flagrante violación de las prescripciones de la Convención sobre los Derechos de las personas con Discapacidad.
Ante esta situación, no podemos más que alzar nuestra voz para reivindicar en este 8 de marzo nuestro espacio como ciudadanas activas, como mujeres que se enfrentan cotidianamente a un sinfín de obstáculos que dimanan de la vigencia de estereotipos y falsos mitos acerca de lo que significa ser una mujer con discapacidad en esta sociedad “capacitista” y patriarcal.

Por todo ellos las mujeres con discapacidad RECLAMAMOS:

-   La puesta en marcha de una efectiva política de prevención y abordaje de las situaciones de violencia de género que tenga en cuenta a las mujeres con discapacidad. Para ello es necesario que el pacto de estado que está discutiéndose actualmente incluya un enfoque interseccional que tome en consideración nuestra realidad como mujeres, y además, que esté adecuadamente dotado de presupuesto. Sin inversión en esta materia lo único que conseguiremos es seguir dando pasos hacia atrás.
- Coincidiendo con el décimo aniversario de la aprobación de la Ley
39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, las mujeres con discapacidad también exigimos la aprobación de un nuevo pacto de estado sobre esta materia, con el fin de reactivar y hacer verdaderamente efectivos los derechos reconocidos en esta normativa.
-La promoción de la autonomía personal y la atención a las personas en situación de dependencia son pilares fundamentales que facilitan que cualquier mujer pueda desarrollar su propio proyecto de vida, de manera autónoma e independiente. Esto, tiene una especial trascendencia para aquellas mujeres con discapacidad en situación de dependencia que se encuentran sometidas a violencia.
-Además, reclamamos que se reconozcan y valoren las tareas que tanto en el ámbito productivo como en el reproductivo realizamos las mujeres con discapacidad, a través de políticas activas que tomen en consideración las aportaciones que como trabajadoras desarrollamos en el mercado laboral y en la esfera del sostenimiento de la vida. Tener independencia económica y ver reconocida y promocionada nuestra autonomía personal son ejes clave para nuestra total emancipación.
 -También exigimos a nuestros representantes políticos que acaben de una vez por todas con el reconocimiento legal de las esterilizaciones forzadas en nuestro ordenamiento jurídico, que envía, a través de los procedimientos de incapacitación legal, a un limbo jurídico a miles de mujeres en nuestro país, provocándoles su total muerte civil.

¡Ni una menos!


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