Recientemente Juan Manuel
Montilla más conocido como el Langui
ha promovido que se inste en los colegios e institutos la asignatura de la empatía,
con el fin de luchar contra el bullynign
que tanto daño hace a quienes los sufren y a sus familias, como a los
acosadores que lo hacen en su mayoría para suplir carencias afectivas.
Por ello subrayo “esta
asignatura se debería implantar desde
edades tempranas con una hora mínima a la semana en la que solo se
incentiven valores como la empatía, la lucha contra la injusticia y el sentimiento
hacia otro compañero, con la idea no
solo de intentar reducir el acoso escolar, ya que también vamos a generar una
sociedad de jóvenes con un sentimiento muy potente que tendrá incorporado de
serie unos valores de solidaridad” los
cuales en numerosos casos ya no se enseñan en casa, ya sea porque los padres llegan cansados de trabajar y lo que menos les apetece
es pasar tiempo con sus hijos, que sin embargo los niños es lo que más
necesitan, o bien porque se cree que para eso está el colegio, que claro que el colegio enseña asignaturas y educación,
pero las familiar deben ser el eje principal de enseñar respeto, amor,
cariño, e inculcar que no se debe
insultar a nadie y menos pegarle por que tenga algo distinto a lo “normal” o no
vista de la marca que esté de moda.
Así hizo hincapié en que “ es
primordial potenciar esa empatía hacia los demás, y que habrá
compañeros que no sean amigo, pero no por ello hay que pegarles, aunque
mucha culpa de que lo que empieza con pequeños insultos cada vez crezca más, lo
tienen el acosador, como los testigos
que en vez pararlo, prefieren grabarlo con el móvil y avivar la llama con
mayores insultos o simplemente mostrando pasividad o lo que es peor en caso
de que la persona que lo sufra tenga la valentía de decirlo y el centro intente
hacer algo, si los acosadores dicen que no pasa nada y el resto de la clase se
calla, dejaran que sigan pasado, ya que los
profesores no le creerán o pensaran que no es para tanto y no harán nada para
detenerlo, hasta que sea demasiado tarde, y por qué le han dado al chico
una paliza que le ha llevado al hospital, porque los padres han denunciado al
centro o en el peor de los casos por que el menor no soporte más el dolor y se
haya intentado quitar la vida.
Para ello habría que empezar por
cambiar el pensamiento de la sociedad,
donde impedia un fuerte yoelismo,
tanto en las relaciones personales, en redes sociales y en las grandes
multinacionales que con anuncios en tv o en radio nos venden que ahora lo
importante es el destacar por encima del
hombro, el ser más que nadie y el primero en tenerlo todo, el yo molo más
que nadie, el hacerse la foto en las redes en los baños, en la playa o donde
sea y como sea que haya enseñar, lo que no
deja de ser un reflejo de lo que están haciendo los mayores, ya que estoy
convencido que quienes lo hacen son los hijos que sus padres por diversos motivos
no les dedican el tiempo necesario ni saben comunicarse con ellos, de hecho ni
les preguntan por las clases, sus amigos, las notas, si tienen exámenes, si
salen, ni como visten.
Por ello tenemos que hacer un esfuerzo para conocer a los hijos en nuestras casas,
pero también fuera de nuestro sitio de confort, y eso se consigue pasando
tiempo con él, sabiendo como viste, como se maneja en las redes sociales, por
donde suele salir, con que amigos se mueve, la música que le gusta, las notas
que saca, si tiene amigos, si surgen problemas, etc., en fin hacer las labor de
padres desde el momento en que sabemos que vamos a traer al mundo al hijo, no vale de nada pasar de todo y en la adolescencia
de repente querer ser los mejores padres, al igual que tampoco es correcto
ocuparnos de ellos y en ese periodo irles
dejando, que claro que hay que darles libertad, pero precisamente en esa edad es cuando más tenemos que estar a su lado, ya
que sufren muchos cambios hormonales y de pensamientos en los que se pueden
perder y llevarles a ser o bien víctimas o acosadores.
Al igual que los profesores
deben implicarse más con los alumnos, más allá de su estricta función
profesional, porque al final quienes pasan el mayor tiempo del día con nuestros
hijos son ellos y conocen mejor que nadie los comportamientos del grupo, y para
ello hay que dejar el libro o la raíz cuadrada aparte y hablar de los casos de maltrato para sacar empatía a los alumnos,
escucharles, hablar con ellos e indagar en el origen de sus relaciones, y a los
padres nos tiene que importar mas que también en clase se les inculque valores
y no liarla al profesor porque un día no ha dado la asignatura correspondiente
y ha dedicado esa hora a solucionar un problema que tenían los chavales”
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