Recientemente Pescuezas (Cáceres)
ha sido reconocida como el pueblo más pequeño y donde más personas mayores
viven de España, ya que forman 168
personas de las cuales el 65 % tiene mínimo 60 años, y de hecho por falta
de niños hace 25 años que la escuela tuvo que cerrar.
Entre los más jóvenes de la ciudad se encuentra su alcalde José Vicente de 43 años, que nació y se
creó en el pueblo, aunque tuvo una temporada que se fue a vivir fuera porque
quería formarse como teólogo, aunque abandono la carrera por falta de vocación
religiosa y querer vivir con su mujer, con la que lleva desde 2006 empadronados
en Pescueza.
Para dar vida al pueblo, tuvo la idea en 2008 de crear el festivalino, con la intención de que se
uniese cultura, teatro, música y
talleres, con el fin de que el resto de España conociesen la localidad, por
lo que normalmente suelen ofertas 15
conciertos, con el fin de atraer a turistas y de hecho por su escenario han pasado Amaral, Revolver y Manuel Carrasco
entre otros muchos artistas, así fue que el 1º año de su creación solo
acudieron 1.000 personas a la fiesta, pero sin embargo este año 2019, la cifra
ha aumentado a 10.000, y esperan que para el año que viene siga creciendo, ya
que cada temporada lo conocen más personas y muchas de ellas siempre vuelven a
la fiesta, que tiene lugar en Abril y siento todos los eventos siempre
gratuitos, ayuda a acabar con la idea general de la sociedad de que si algo no
lo conoces, no existe.
Precisamente con ese fin, y que las personas mayores no tengan que
abandonar la que ha sido su casa desde que nació, lo que supone para ellos un
trauma importante, por muy bien que estén en su nuevo hogar, la cual muchas
veces es la casa de los hijos o bien una residencia, ya que estos tienen miedo
a que si les pasa algo el pueblo no puedan ayudarles, porque no se enteren, por
ello para evitarlo, se ha adaptado el
pueblo a ellos, gracias al proyecto que nació de la unión de la Asociación Amigos de Pescueza con la Junta
de Extremadura, se ha podido adaptar la localidad a sus habitantes, los
cuales en su mayoría son mayores, por lo que el pueblo parece una residencial, dando con ello también trabajo a 10
personas que suelen ser los jóvenes del pueblo o bien que han venido de
otros comunidades autónomas al enterarse de la realidad de este pueblo, con la
idea de ayudar y aportar su granito de arena en hacer que este no caiga en el
olvido de nadie y por supuesto facilitar la vida a los mayores.
Por ello han reformado el
colegio y lo han transformado en un albergue – hostal para los turistas y
para sus habitantes han creado un centro
residencial con 28 plazas siendo de gestión pública y privada, donde la
plaza cuesta como mucho 250 € e incluye talleres, peluquería, lavandería,
desayuno, comida, merienda y cena, y si es ellos quieren también tienen la
posibilidad de quedarse a dormir en el centro, si por lo que sea no quieren ir
a su casa o son de los pueblos vecinos.
Las plazas en teoría siempre se
estudiaran la opción de que corra a cargo del ayuntamiento y en caso de que
no se pueda, se ha optado por poner un precio bastante bajo como son 250 € con
que el incluye todo lo necesario para vivir, ya que la mayoría de ellos tienen
una pensión que no llega a 700 euros, por lo que si deben pagar solo 250 euros
no deben preocuparse de nada más, y puedan tener dinero de sobra para dar una
vuelta por el pueblo y si quieren tomar algo, o si se van unos días con los
hijos, gastárselo en ellos y en comprar regalos a sus nietos, todos los servicios se encuentran disponibles en
horario de 9:00 a 21:00 horas, y de
ello se encarga Constantino Rodríguez de
55 años y presidente del centro, su
gerente de 38 Raquel Julián, la
cocinera Rosa María de 32 y con 2
hijos pequeños, de 3 años y un bebe de 16 meses, que son de los pocos niños que
se ven, ya que actualmente solo cuentan con 5 niños.
Por otro lado para que todos los mayores estén controlados y
tranquilos, se les entrego un móvil con
un botón rojo en la carcasa, el cual en caso de que se caigan o sufran
cualquier accidente saben que lo pulsan y en cuestión de segundos ya llegaría el
aviso al centro de día, y este enseguida se pondría en contacto con los
servicios de urgencias, ya que el mediante el GPS del móvil le saldría al
centro el punto justo donde se ha producido el accidente, dando con ello
tranquilidad a los vecinos, por ello Feliz
Martin de 80 años subrayo “aunque soy
sordo nunca me ha hecho falta comunicarme por lengua de signos, ya que todos me
conocen y saben mediante los gestos que haga lo que quiero, y ahora con el móvil
sé que si me voy a pescar y me caigo, saca el móvil del bolsillo y pulso este
botón rojo de la carcasa trasera”.
Otro servicio especial para ellos es el servicio de comida a domicilio, del cual es usuaria
Tía Rosa de 86 años, que hizo hincapié en que “Me la traen a casa porque tengo al marido malo, aunque estamos los 2
bien hacemos una vida normal, lo único que para desplazándonos lo hacemos con nuestros andadores por el carril
azul, que es una especie de carril bici
para andadores con resina antideslizante
que se encuentra a un lado de las acera o de las carretera, evitando así
problemas de caídas o atropello por algún coche”
Por su parte Tío Pedro de 89
años quiso dejar constancia de que “Con
esto está la cosa más atendida” se refiere a los pasamanos que se han instalado en las aceras que son cuestas o que
por alguna circunstancia los mayores no pueden hacerla del golpe, por ello se
ha instalado más de 100 metros de pasamanos.
“A mí me gusta comer de las cosas de mi huerto como las cebollas o los
garbanzos y si estamos cansados o necesitamos desplazarse a misa o al único bar
para tomar un café, nos llevan en un minicoche eléctrico que hace las funciones
de autobús por las estrechas calles empedradas. “
Por ultimo Petra de 83 y Alicia
de 85 dejaron claro que “los
servicios que nos ofrecen están muy bien, pero queremos más habitantes y
habitaciones en el centro de día”.
Mientras que su alcalde ha tomado buenos apuntes de esta petición y
espera que en los próximos meses pueda paliar esta solicitud y hacer otras
mejoras de accesibilidad en el pueblo en que está comprobado que se ha diseñado
para vivir tranquilamente siendo mayor y a la vez saber convivir con las
personas que acuden a conocerlo o a la fiesta y los conciertos