Hace más de 3 años que el colegio
Hijas de Cristo Rey en Madrid
trabaja en un convenio con el hospital Centro de cuidados Laguna también
en Madrid, la iniciativa se basa en que un grupo de adolescentes del centros escolar, a partir de 15 años acudan 1 día a la
semana a pasar la tarde con las personas mayores que están ingresadas en el
centro de cuidados, con el fin de que ambos se den lo que a los otros les
falta, es decir los jóvenes reciben de los mayores historia, educación,
juegos, sabiduría, etc. y estos a su vez
reciben la ilusión, risas, frescura, etc., que se tiene con 15 años y sobre
todo ambas partes acaban haciendo amistad.
Dentro de este proyecto participan Sergio, Marina e Irene, los 3 rondan los 15 – 16 años y esperan siempre ilusionados la tarde del miércoles
para acudir al hospital y pasar horas con las personas mayores y no son los únicos,
ya que el hospital también los reciben siempre con los brazos abiertos, ejemplo
de ello es Carmen una señora mayor
que lleva viviendo en el centro más de 4 años y necesita de un andador para
desplazarse, que no duda en hacer hincapié en que “Estar con los niños es
maravilloso, nos dan y les damos mucho cariño, y como yo no tengo hijos les
considero a los 3 mis nietos”, en las mismas líneas se mueven las afirmaciones de los chicos que
siempre quien dejar claro que “ el cariño
con ellos nunca nos falta, siempre nos reciben con abrazos, besos, nos cuentan
historias llenas de sabiduría, nos enseñan juegos de cuando eran pequeños, al
igual que ir a misa puede ser divertido, que para divertirse con nuestra edad
no hace falta beber y que los juegos de mesa como el bingo, parchís y domino
son para toda la familia.
Nos estamos dando cuenta que las
personas mayores valen y saben mucho más de lo que creíamos, por ello hay que
valorarlas e intentar pasar siempre el máximo tiempo con ellos y si tenemos
duda son los primeros que nos la resuelven acertadamente y nos dan mejores
consejos que los que podemos darnos entre amigos.”
Por todo ello Alonso García del
Puente director del equipo psicosocial de la Obra social La Caixa subrayo
que “se trata de una experiencia
entrañable y muy enriquecedora para todos,
a los jóvenes voluntarios les educa en valores, les enseña a cuidar y a
acompañar y les pone en contacto con temas tabú como la muerte, la enfermedad,
el sufrimiento y la vejez.
Esto es una forma de
acercarles a la realidad porque
si no, nunca lo ven, viven en una cultura de felicidad y la vida también son ratos
de tristeza y sufrimiento, hay que aprender a manejarlo y afrontarlo.
Les enseñan juegos de mesa
como el dominó, les cuentan sus experiencias, lo importante de la vida, les dan
consejos, otra visión de las cosas, de esta manera, sienten que siguen
aportando al mundo, mientras cantan,
conversan, juegan, recuerdan villancicos, etc., se nutren de la alegría, la
ilusión y la felicidad que transmiten los relatos de los jóvenes voluntarios.
A veces, nos piden ver un rato la televisión y después,
comentamos el programa, el otro día, con la final de Master Chef junior les
contaron las comidas que les hacían a sus hijos y preguntaban cómo era posible
que esos niños tan pequeños pudieran cocinar así.
Las revistas también les ayuda a
interactuar ya que mantienen
conversaciones sobre las nuevas tecnologías e incluso se dejan grabar
vídeos que luego les gusta ver.”
Por su parte Ana Josefa Pérez
profesora del centro escolar dentro del departamento del Instituto hizo hincapié
en que “es muy gratificante ver las respuestas de los mayores al tiempo que los
chicos dan, y la de los adolescentes a sentirse parte de la sociedad y que
ven que pueden pasar tiempo con las personas mayores sin discutir.
Formamos dos grupos de seis
personas cada uno para los miércoles por la tarde y los sábados por la mañana,
aunque muchos de ellos repiten, como es el caso de Sergio, el único alumno de su clase que se apuntó a este voluntariado
y como él dice “Se establecen
fuertes vínculos, aprendo mucho de ellos y me ayudan a entender actitudes de mis
abuelos que antes no comprendía, siempre salgo muy reconfortado de cada
visita".
Así mismo como continua Ana Josefa “Uno de los
objetivos de esta iniciativa es precisamente fomentar esta relación
intergeneracional para mejorar la comunicación y aumentar en valor el concepto
que ambos tienen del otro, es más yo misma junto a 2 madres y 1 abuelo les
acompañamos en cada jornada.
Es importante concienciar a los jóvenes sobre la poca atención que
reciben las personas mayores o enfermas, dentro y fuera de la familia.
Nuestro objetivo final es crear el concepto de barrios/pueblos/ciudades
compasivas, es decir, que
empecemos a relacionarnos y preocuparnos por los vecinos y en general, la gente
que nos rodea, y esa acción es ideal
empezarla aquí entre La Latina y Carabanchel debido a que tenemos un mayor
porcentaje de personas mayores que de jóvenes, ejemplo de ello es que sólo en
esta zona, cerca de 70.000 personas
superan los 65 años, con un alto porcentaje de dependencia y enfermedad,
por todo ello tenemos que acercar a los jóvenes a los mayores que se encuentran
al final de la vida y concienciarnos de su dignidad hasta el último
momento".
Este proyecto lleva desarrollándose 10 años y se
espera que cada vez crezca más la colaboración entre institutos y centros de
mayores, aunque ya se está practicando en 128 hospitales de toda España y en
133 unidades de cuidados domiciliarios, y para ello cuenta con 1.000
voluntarios y una red de 42 equipos dedicados a la atención psicosocial de
mayores y jóvenes
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