sábado, 9 de septiembre de 2017

Aumento en verano de lesionados medulares en Galicia

Este verano ha sido nefasto para los accidentes de tráfico, los cuales han producido un gran repunte de pacientes con lesiones medulares en el CHUA (Hospital Universitario de A Coruña), aunque detrás de muchos diagnósticos están también los accidentes laborales, en especial entre los hombres de media edad dedicados al mundo de la construcción o la industria, o con distintos perfil laboral pero debido a la crisis no encontraban de su rama y vieron una salida en ambas ramas, porque la falta de experiencia también ha podido ser una de las causas de su contratiempo.
Así lo ha subrayado también Antonio Rodríguez Sotillo jefe de la unidad de lesionados del Chuac “Yo creía que la caída de pacientes por accidentes de carretera se debía a las campañas de tráfico, el carné por puntos, los controles y la concienciación, pero parece claro que la crisis también tuvo que ver, ya que este año se ha visto una leve mejora económica y con ello hemos visto un repunte de esta lesión en los accidentes de tráfico, debido en parte a que se hace un 30% más de desplazamientos por carretera, el cansancio parece no notarse tanto por las ganas de llegar al destino y ello provoca que haya un aumento de choques serios con mas facilidad”
De hecho hay una planta del hospital dedicada a estas lesiones, que actualmente está superada al encontrarse con más pacientes que camas tiene, por lo que hay que derivar pacientes a otros centros, al igual pasa en el centro de referencia de Galicia el cual cuenta con 31 plazas de las cuales de la mitad está ocupada por chicos jóvenes procedentes de accidentes de tráfico, junto a varios pacientes también hombres aunque de mayor edad que en verano han decido arreglar el tejado de su casa o podar el árbol de su finca, con la mala suerte de que se han caído mal produciéndose una lesión medular, que junto a su edad que suelen ser entre 60 a 80 y tantos, más otros problemas de salud, complica mucho la terapia de rehabilitación
Como bien subraya un trabajador del centro “En verano son meses en que las camas están prácticamente destinadas solo al paciente agudo que es quien sufre un accidente, mientras que el resto del año aprovechamos para ingresar a pacientes que ya han pasado ese momento crítico pero que están pendientes de algún tipo de intervención, ya sea urológica o de cirugía plástica, o de recibir algún tratamiento específico.
Durante el verano siempre vamos a peor, aunque este es un servicio de referencia, pero está muy condicionada por la estacionalidad y sabemos que en Semana Santa y verano sufrimos picos muy altos de demanda de los servicios”
De nuevo Antonio Rodríguez Sotillo quiso hacer hincapié en que “la etapa aguda de la lesión medular requiere un ingreso de mínimo 7 meses en los que el paciente ha de superar no solo heridas de gravedad, sino adaptarse a la nueva situación causada por unas lesiones que dejan secuelas importantes en lo que se refiere a pérdida de movilidad y sensibilidad desde el punto en el que se produce la sección de la médula.
Aunque afortunadamente  más del 70 % de los casos se trata de lesiones medulares incompletas, lo que deja margen a  la rehabilitación para conseguir una movilidad bastante aceptable.
Por otro lado este verano nos hemos dado cuenta que hemos llegado tarde con los avisos por zambullidas en la piscina o en la playa, acción por la que hemos atendió a varios jóvenes, el 1º nos llegó en helicóptero procedente de la playa de Portonovo, que fue un chico de 24 años
diagnosticado de una tetraplejia por golpearse contra una barrera de arena cuando entraba en el mar,  y hace diez días recibimos a un niño de 12 años trasladado de Boiro que presento una lesión medular provocada por caer mal sobre otro niño cuando juagaban a zambullirse fuerte en el agua.
Todas estas acciones nos hacen recordar el verano de los 90 cuando en esos años atendimos a 12 jóvenes que estuvieron a `punto de pasar a vivir en una silla de rueda de por vida debido a hacer zambullidas sin controlar la zona, ni fuerza del agua, de hecho muchos de ellos le han quedado importantes secuelas por ello, además son siempre  adolescentes o preadolescentes que no piensan que una tontería pueda acabar con su vida tal y como la conocen y que se trata de un mar muy abrupto y con profundidad muy cambiante en segundos”.

Por último se recomienda siempre en coche seguir los consejos de seguridad como ponerse el cinturón de seguridad y en los niños llevarles con las sillas bien homologadas según su edad, en personas mayores que no se suban a arreglar tejados ni podar árboles, que llamen a profesionales que se dedican a ello y saben con qué medidas de seguridad hacerlo, y en el caso de los niños en la playa no dejarles solos, repetir mucho que no se tiren de cabeza nunca, y si aun así por las hormonas adolecentes están empeñados en hacerlo que sea en una zona con agua que se aseguren de que haya profundidad, que no haya nada de rocas alrededor ni personas con las que chocar y sobre todo que haya un vigilante o adulto cerca.


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