miércoles, 3 de octubre de 2018

Las barreras de comunicacion de las personas con diversidad funcional auditiva


El 29 de septiembre fue el Día Internacional de la sordera,  acción por la que Guipúzcoa aprovecho para pedir a las instituciones públicas que contraten a más interpretes de lengua de signos y que la ciudad cuente con avances tecnológicos adaptados.
Por ello Ainhoa Abinzano y Rosa María Rodríguez, ambas portavoces de la asociación de personas sordas de Guipúzcoa, subrayaron “a día de hoy, nos mira en muchos casos de manera diferente, sentimos  que los avances tecnológicos o arquitectónicos que sí han facilitado la vida de otras personas con discapacidades varias no han llegado todavía a nosotros,  estamos hartos de luchar solos”.
Aunque en la asociación solo haya unos 200 socios, la cifra de personas a los que la sordera les afecta asciende hasta llegar a 1.000 personas diagnosticadas, pero hay muchas mas que aunque la parecen no quieren pertenecer a ningún colectivo ni que su medico se la diagnostique correctamente, sobre todo estos casos se dan en las personas mayores que debido a la edad están dejando de oír, por que los casos en que las patología esta presente desde el nacimiento o debido a un accidente o enfermedad, no hay tanto prejuicio en decirlo,  en buscar un diagnostico que lo confirme y con ello la ayuda necesaria para que la persona se integre lo mejor posible en la sociedad.
Así Rosa María no dudo en hacer hincapié en que “que  queremos conseguir una accesibilidad real y universal en todos los ámbitos de la vida, nuestra adaptación e integración efectiva en la sociedad no se ha dado todavía.
Los factores que hacen que la comunidad sorda se sienta de esta manera tienen que ver con las barreras de comunicación que tenemos para todo y la falta de avances tecnológicos adaptados a nuestra sordera que podrían hacer nuestra vida más sencilla, empezando por que
Osakidetza debe gestionar los intérpretes, no puede ser un trabajo nuestro, con esto se ve que estamos muy lejos de lograr la sensibilización social que merecemos, nos deben escuchar.
 Para este colectivo acudir al hospital y a un ambulatorio se convierte en una odisea, las instituciones deben ser responsables con nosotros y tienen que contratar intérpretes.
No puede ser que tengamos que ser las personas sordas los que tengamos que gestionarlo, porque muchas veces solicitamos su presencia y no está disponible. Es un tema que nos preocupa mucho”
En la misma línea se muestra Ainhoa Abinzano, quien subrayo a la vez que reclamo que “debe de ser el hospital o en su defecto la administración quien haga la reclamación.
Ellos deben saber cuándo un paciente es sordo y necesita esa figura en el hospital, como tuvo hace tiempo Osakidetza  un intérprete pero duró seis meses.
 Lo que hacen es subvencionar una partida para pagar los servicios de esos intérpretes externos, el problema  es que solo hay dos para toda Guipúzcoa.
Así mismo también hay que romper la barrera que mucha gente piensa que estamos enfadados cuando signamos pero no es así, es un lenguaje expresivo”.
Por lo que recomiendan que al comunicarse con una persona sorda el oyente les mire a la cara, les hable cerca, despacio, con tiempo para que puedan leer los labios, acción que se les facilita si  la frase va acompañado de gestos o señales, al igual que recomiendan que la persona nunca se gire cuando esté hablando con ellos, ni que se tape la boca o den la espalda, pues esas acciones  complican mucho que la persona no oyente pueda leer los labios, al igual que con ello se les rompe la concentración por entender a un oyente que no sabe comunicarse con ellos en LSE, por lo que también esta valorado que se vocalice mucho, sin gritar, siempre hablando con naturalidad y de una forma tranquila y pausada,
En caso de ver que la persona sorda no consigue descifrar lo que se le esta diciendo se puede probar a dibujárselo, a hablar en otro lugar donde este mas iluminado, y sobre todo que siempre haya compresión y se valore el esfuerzo que esta haciendo por comunicarse con el oyente, al igual que este con él
Entre sus complicaciones hacen mucho hincapié en que no tiene soltura a la hora de acudir al medico, ya que dependen del día en que este “libre” el interprete para que pueda acudir al centro de salud con el paciente, y si ese día al interprete como ha pasado en alguna ocasión, se pone malo, le surge un problema, no pude acudir con la persona a la cita, por lo que tiene que esperar a que el interprete se recupere y volver a pedir cita para el medico, al igual que si la persona sorda necesita ir a urgencias de noche o en días festivos, le es imposible contactar con el interprete para pedirle que acuda con el,  acción que se facilitaría mucho si todos los médicos supiesen comunicarse en LSE o bien se contase con mas interpretes que se pudiesen contactar mediante videollamada o por algún programa o aplicación informática como las hay, que haga las veces de traductor para ambos.
O como bien conto Rosa María “estanos hartos que nos pidan el teléfono de los familiares, para comunicarse con ellos, por lo que ya estamos hartos y llegando al punto que contestamos, no te lo voy a dar, no quiero que me hagas una persona dependiente, tome mi numero”.
O como el caso de Ainhoa, el otro día tuve que acudir a urgencia con mi hija, la cual es una niña, pues el medico se dirigía a ella por ser oyente, para darla la información sobre su estado de salud, acción que me incomoda, la adulta soy yo, como su madre tengo derecho en saber antes que ella que era lo que la pasaba, soy yo la que la que debe darla seguridad y tranquilizarla, de hecho si mi hija me ve insegura o nota que no me entero de lo que me dicen, ella sufre el doble”.
Por ello desde la asociación quieren dejar claro que “ aunque sabemos que es imposible, es cierto que necesitamos mínimo 2 interpretes en Osakidetza las 24 horas del día, pero como esto no va a ser así, ni va a ver en cada centro de salud un interprete, la solución estaría en tirar de la tecnología, dándonos mas libertad, pues podíamos ir al medico sin necesidad de esperar a que el interprete acuda, simplemente seria necesario una videollamada que consiste en que la persona sorda llama a un oyente y por medio de una aplicación, el oyente ve a la persona sorda signar y la aplicación le va poniendo voz al mensaje, y al revés el oyente contesta por voz y la app lo convierte en signos, para que ambos se entiendan perfectamente.
Aunque no es solo en la rama medica donde tienen problemas, ya que también aparece a la hora de comunicarse con sus hijos, con el colegio, con los profesores, etc.
“Por todo ello debe de ser la sociedad quien se de cuenta de una vez que tenemos derechos por los que nos deben oír y sensibilizarse con nosotros.”
Si se quiere  contactar con asociación mandar un email a la dirección  gge.asg@gmail.com




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