Juan Antonio Peinado usuario de silla de rueda cansado
de que los trenes de cercanía de Renfe casi nunca estén accesibles y
lo que lo están tarden horas en pasar, el 26 de mayo acudió a la estación
de Nord en Valencia como hace de forma frecuente a coger el tren
destino Gandía que salía a las 09:30 horas, pero cuál fue su sorpresa
cuando vio que no estaba adaptado por lo que no podía subir, pregunto a los
trabajadores a qué hora pasaría uno que si fuera apto para él, a lo que le
contestaron que el accesible estaba previsto que saliese a las 15,48 horas.
Harto y desesperado de esta situación que vive semanalmente y no
estando por la labor de esperar las horas que le comunicaron, decidió
encadenase con su silla de ruedas anclada a una bici adaptada al tren
que iba a salir a las 10:40 horas exigiendo con ello una mayor accesibilidad en
los trenes, de hecho a todo el mundo le pedía lo mismo “En la época en
la que estamos, no entiendo que pase esto, vengo a las 9.30 horas y no
sale ningún tren adaptado cuando por ley están obligados.
Además, tienen muchos aparcados en las vías, es una
vergüenza esperar dos o cinco horas, no es ninguna tontería exigir mis derechos”.
Y al final después de más de 40 minutos consiguió su objetivo,
que saliese en la dirección indicada a Gandía un convoy nuevo que cumplía con
la normativa de accesibilidad, que estaba aparcado en otra vía ya que había
llegado hacia un rato de otro destino.
Aunque para ello intervino la policía, quienes
advirtieron a Juan Antonio de que esta acción le podía generar
problemas e incluso acabar detenido, aunque al final no fue
así, pero como él dice haciendo gran hincapié “me daba igual, quería
llamar la atención porque sé que las reclamaciones no sirve, aunque
solo me supo mal por las personas que hice esperar, pero es la única manera de
presionar.
De hecho la semana pasada también me pasó, vine a las 10.30 horas
de la mañana y me tuve que esperar dos horas, porque en fin de semana solo hay
un tren cada hora”
A la vez que asegura que “ la reivindicación fue absolutamente
espontánea, no lo había hecho en mi vida y no estaba preparado; me ha generado
mucha impotencia y muy mala leche, por lo que decidí ir a comprar las cadenas y
volver, y mi única preocupación era el resto de viajeros, que sugerían
subirme entre varios, pero eso no es la solución, además que la acción
puede acarrear problemas y tanto ellos como yo caerse o hacerse daño, y a la
llegada en el destino estaríamos igual, ya que tendría que bajarme y solo
tampoco podría”.
Por ello tanto Cocemfe como la fiscalía ya han denunciado en
numerosas ocasiones estos actos de desamparo y discriminación que
sufren el colectivo de movilidad reducida, y la fiscalía lleva
interpuesta 2 denuncias contra Renfe, ya que se suponen tienen un plan de
accesibilidad y aseguran que sus trenes están adaptados, pero la realidad en
que ningún tren fijo de la línea C3 están adaptado, al igual que tampoco lo
estaba en 2017 la estación de Buñol.
Por ultimo Juan Antonio debe esperar una citación judicial donde se
verán los si son o no delito los hechos de los que se le acusa y si Renfe le
denuncia.
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