jueves, 10 de agosto de 2017

Entrevista a Antoio Pedro Hirch Presidente del club de artes marciales ANPEHI

Gracias a @otro_periorismo por contar con Discapaaccesible para dar a conocer esta entrada.
Antonio Pedro Hirch es un osteópata, maestro de Nihon Tai-Jitsu y presidente del club de artes marciales Anpehi, aunque sobre todo es apasionado del mundo de la discapacidad, por ello siempre pensó en que tenía que a ver una manera en que pudiese ayudar e incluso llegar a punto de cambiar la vida a las personas con diversidad funcional mediante la práctica del deporte.
Con esa idea empezó hace unos años su proyecto en Espera (Cádiz) donde comenzó a impartir clases de artes marciales a todas las personas que presentasen capacidades diferentes, con la intención de romper así con los perjuicios que tienen muchas veces la sociedad en torno a la discapacidad, y actualmente viaja con sus alumnos para competir por todo el mundo e intercambiar experiencias con otros colectivos y deportistas, convirtiéndose en un referente en el mundo del deporte
Ya que como bien dijo en la entrevista que le realizaron otro periodismo, se considera un friki de la discapacidad, en especial del sector que tienen mayor dificultad a la hora de relacionarse, comunicarse o con poca movilidad, ya que estas personas son precisamente las que más necesitan la ayuda de Anphei, de hecho en una visita a un centro de personas con discapacidad se interesó sobre todo por las personas que peor estaban, para poder darles tratamiento y ver como aunque lentamente podían ir mejorando su calidad de vida e incluso llegar a punto de formar parte de su vida  de tal manera que cuando un alumno fallece debido a la enfermedad llorar con la familia y necesitar de un tiempo de duelo para poder superarlo, pues es un palo ya que son personas con las que viajas, ayudas, vives y en definitiva tienes un vínculo muy especial y muy cercano al igual que si fuera de la familia.
Por ello muchos alumnos en especial los adolescentes pueden llegan a considerarle un ejemplo a seguir ya que ellos no ven un profesor simple, sino alguien que cree en ellos, les motiva, ayuda y especialmente hace lo que le apasiona, aunque reconoce que no siempre va por buen camino, de hecho se describe como temperamental, visceral y al igual que todos comete errores, pero sabe pedir perdón por ello y trata de solucionarlo ya que detesta estar mal con las personas.
Por otro lado reconoce que lo mejor es ir despacio a modo de tortuga con pasos pequeños pero seguros, ya que todavía en muchos pueblos el tema de la discapacidad parece un tema tabú, debido principalmente a la falta de información y de recursos para atajarlo, de hecho cuando comenzó el proyecto muchas entidades no quisieron ayudarle por orgullo, las cuales a día de hoy tiene claro que las puertas de Anpehi están cerrada para ellos, pero no para los chavales lo único que tendrían que ir de manera privada no de parte de la asociación, pero sin embargo hay otras con las que trabajan ahora de la mano que le dejaron entrar, ofreciéndole ayuda y actualmente son las más fieles a la hora de apostar por lo que hacemos, que simplemente es tan fácil como tratar a estas personas de manera natural, sin miedos, pasar tiempo con ellos haciendo que se sientan valorados y apoyando sus emociones si hay que llorar se hace juntos y si ríen lo mismo.
Al igual que hay que tener claro que para ser inclusivo se debe trabajar con personas con discapacidad, no basta con decirlo, hay que hacerlo, y tener vocación por ellos al igual que estar formado para poder cubrir las necesidades que se presenten  ya sea de salud por lo que se necesitan conomientos de primeros auxilios como es saber hacer la RCP ( (reanimación cardiopulmonar), tener un poco de conocimiento de psicóloga, anatomía y patología del cuerpo, y sobre todo  ofrecer y facilitar estos conocimientos a los monitores encargados de las actividades, así mismo hay que subrayar que si te dedicas a este mundo es porque de verdad te gusta y no por tema económico.



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