El 6 de junio el Hospital San Carlos de Madrid presento un nuevo tratamiento para el control de la apnea obstructiva del sueño, que esta patología se basa en que durante la noche dejes de respirar varias veces por unos segundos, debido a que mientras se duerme los músculos de la garganta se relajan y algunas veces pueden bloquear las vías respiratorias, dando lugar a esta patología, el cual su signo más evidente es el ronquido fuerte seguido de despertares por leves atragantamientos con la saliva, tener la boca seca durante la noche y al despertar, dolores de cabeza, tener la sensación de descansar poco y la presión arterial alta.
Por ello el nuevo tratamiento se basa en la implantación de un pequeño aparato de escasas dimensiones que se realiza personalizado para cada caso y según las características funcionales de la persona, se le coloca unos sensores debajo de la mandíbula mediante unos apósitos pegados en la piel, con el fin de que las detecte y corrija en tiempo real las apneas mediante estímulos electromagnéticos que abren las vías respiratorias e impiden la relajación de los músculos de la garganta, consiguiendo así una respiración nocturna al dormir con total normalidad, todo ello basando el proceso de funcionamiento de los electrodos en la inteligencia artificial.
Así mismo si se usa durante el día, se espera que el paciente gane fortaleza en el musculo orofaringeo, ya que el tratamiento, debido a las ondas, están tienden a corregir y cambiar la morfología de la zona implicada.
Por último Miriam Calle Rubio, jefa de neumología del hospital, ha subrayado “Si se consolida este cambio de la morfología muscular, podría plantearse como una posible curación de esta enfermedad sin necesidad de recurrir a ningún dispositivo”,
Por su parte Juan Luis Rodríguez Hermosa, neumólogo e investigador hizo hincapié en que “El desarrollo y uso de este dispositivo supone un importante avance para mejorar la calidad de vida de quienes sufren una enfermedad tan frecuente como esta. Muchos de ellos necesitan estar conectados mientras duermen a una especie de máscara o equipo de presión positiva continua en la vía aérea, conocido como CAP, que tienen que llevar también en sus desplazamientos, hasta el punto de que muchos pacientes abandonan esta terapia por las incomodidades que presenta”
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