Aitor Oroza nació con una parálisis cerebral por lo que se le concedió un grado severo de
discapacidad, aunque esto nunca le ha impedido perseguir su gran sueño ser
ciclista paralímpico.
Cogió la bicicleta a los 18 años y ya no la soltó hasta 15 años después
de correr en importantes competiciones e incluso se le considero deportista de
alto nivel ya que fue 5 veces campeón del mundo y 14 veces de España.
Sin embargo en el 2015 debido a un desgaste
en la cadera que le mantuvo de baja tanto en el ciclismo como en si otra
profesión monitor deportivo, desde entonces
está luchando una de las etapas más duras que se le reconozca la gran invalidez
que es el grado que actualmente le corresponde de discapacidad, pero que la
seguridad social no lo considera así, de hecho solo le daban la discapacidad
total pero después de montar en cólera y mover papeles rectificaron y le
otorgaron la absoluta.
Antes de empezar a trabajar tenía
el 67,5% y hace un tiempo debido a
necesitar ayuda de 3º persona para el aseo, vestirse, salir a la calle, en
definitiva ayuda para poder llevar una vida normal se la subieron al 75% porcentaje que solo da derecho como mucho al
reconocimiento de la invalidez absoluta con la que se puede cobrar 635€ al mes,
una cifra que cualquier persona que sepa lo que es ser dependiente sabe que
ello no da para vivir.
Mientras la seguridad social se
acoge a que no le van a dar la gran invalidez ya que su discapacidad es desde
el nacimiento y efectivamente el desgaste de cadera está presente desde que
vino al mundo, pero se ha agravado de forma gradual desde hace 15 años hasta
llegar a este momento donde el daño de cadera es un 90% más de lo que los
médicos consideran un estado aguantable, un estado que cualquier otra
persona solo tiene un 10% de llegar a este estado, él tenía un 60% más de
acabar con este gran desgaste, lo saben
bien los médicos que le tratan que de no poder solucionarlo acabara siendo
totalmente dependiente, tirado en una cama y
sin apenas dinero para vivir, de ahí la lucha y el esfuerzo por que se
le reconozca la gran invalidez, echo que se debe reconocer siempre que una
persona pierda toda su fuerza y necesite de otras personas para poder llevar a
cabo todas las acciones de que todos llevamos a cabo diariamente de forma
autónoma, y con ello según qué criterios se cumplan tener derecho a una paga
mensual que será el equivalente al 60% de lo cotizado en los últimos años
trabajados antes de llegar a esta situación.
Por ello junto a su familia, amigos y compañeros de equipo Aitor empezó
este verano una lucha que esperaba poder ganar en los juzgados, aunque deseaba
no llegar a ese punto y que con las firmas de miles de personas que le daban su
apoyo mediante changer.org rectificase y le diesen lo que merece.
“Cuando traía medallas a España,
todo el mundo quería fotos y ruedas de prensa conmigo. Pero ahora que necesito
ayuda, me han dejado tirado”
Pero ya ha pasado unos meses y actualmente ha dado la noticia de que no
lo ha conseguido, ya que el 28 de
Septiembre le llego la notificación de
Dirección Provincial de Vizcaya del Instituto Nacional de la Seguridad
Social denegándole la gran invalidez,
aunque según el artículo 194.6 del Real
Decreto 8/2015 del 30 de Octubre, y aprobado por el texto refundido de la Ley
General de la Seguridad Social, donde definen Gran invalidez como : Se entenderá por gran invalidez la
situación del trabajador afecto de incapacidad permanente y que, por
consecuencia de pérdidas anatómicas o funcionales, necesite la asistencia de
otra persona para los actos más esenciales de la vida, tales como vestirse,
desplazarse, o análogos”
Aun habiendo presentado informes médicos del 31 de agosto del 2016
donde declaraban que “El paciente precisa ayuda para actividades
de vida diaria” y gran limitación funcional para las actividades básicas de
vida diaria como son aseo comida vestirse y deambulación, por lo que se ha
producido un empeoramiento en la marcha en el último año pasando de poder
deambular solo sin ayuda de nada a necesitar silla eléctrica”.
Por lo que al final se ha visto obligado a reclamar a la Dirección
Provincial de Vizcaya y se está a la espera de la resolución, por lo que solo
pide que se dé a conocer su caso y difundir esta petición e injusticia lo máximo
posible.
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