Desde la Federación FAMMA exige responsabilidad
política y potenciar más medidas de apoyo a los ciudadanos, que les desvinculen de situaciones personales y
sociales que les pueden enviar a pedir
su propia muerte.
Siempre se toma como referencia la vida de Ramón Sampedro pero, ¿quién no desearía
la muerte, si solamente se ve un techo y una ventana, durante una vida? Por el
contrario, ¿alguien cree que, con más apoyos y salidas hacia este tipo de
casos, una persona puede desear su muerte?
Otra derivada negativa es que se pone el foco hacia las personas con discapacidad
en el debate social, pero, millones de ellas, son muy felices aun padeciendo
una situación de desventaja, gracias a los mínimos apoyos que tienen con ayudas
psicológicas, el fundamental apoyo de la familia y la administración.
FAMMA cree necesario un debate profundo sobre
los parámetros que van a determinar la posibilidad de aplicarla eutanasia y
el abanico de posibilidades que se deben agotar antes de decidir terminar con
la vida de una persona.
La
discapacidad se siente aludida porque se pone el foco a que, tener una discapacidad,
es un problema y algo con lo que no se debe convivir encontrando la comprensión
a quienes quieren quitarse la vida sin que, antes, se hayan agotado y visto
situaciones personales que no han sido apoyadas por la administración. La organización entiende que, siempre que haya
informes científicos de situaciones irreversibles y un constante sufrimiento
sin paliativos, se debería valorar el sufrimiento de esa persona, pero la
defensa a la vida está reconocido como uno de los derechos fundamentales en
nuestra constitución y de los distintos tratados internacionales sobre los
derechos
Humanos
Por ello La
Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la
Comunidad de Madrid (FAMMA-Cocemfe Madrid) de cara a la aprobación que
permitirá la eutanasia en nuestro país, exige un debate profundo, con expertos
y organizaciones del sector que puedan verse afectados por estos cambios
normativos tan profundos y peligrosos a la vez.
Quizás ese
potenciar más las políticas de integración en el empleo ordinario, modificar la
ley de propiedad horizontal que encarcela a las personas con discapacidad en
sus viviendas, la figura del asistente personal, la educación inclusiva, la
eliminación de barreras con carácter universal y así, un largo etcétera de
medidas de acción positiva en favor de la vida, nos daremos cuenta de que
haríamos un gran favor a aquellas personas que tienen situaciones
complicadas y podríamos girar el sentido de su vida
hacia la felicidad.
Esta circunstancia supone un retroceso en la imagen
de la discapacidad ya que, en muchos casos, se vincula la decisión de vivir o
no, a padecer una discapacidad por ser considerada esta, un problema desde que
llega.
Nos da igual
quién plantee esta posibilidad a nivel político y quién pueda pensar a favor o
en contra desde la política, pero no nos da igual el resultado que pueda
afectar tan negativamente a las personas que tienen una discapacidad o una
enfermedad complicada porque, con apoyos, la felicidad es posible.
Desde la organización se cree necesario potenciar
las políticas en favor de la vida y aumentar los procedimientos paliativos
salvo en casos excepcionales donde, informes científicos, puedan hacer
valoraciones que determinen situaciones irreversibles del sufrimiento.
Sabemos que es mucho más caro aumentar los apoyos
asistenciales, pero si no se dan alternativas a determinados casos, haríamos de
un caso concreto, la generalidad, y propiciaría una imagen distorsionada de la
realidad.
En palabras del presidente, Javier Font, “nunca jamás, a
esta organización ha llegado el caso de una persona que pida información para
ver como terminar con su vida y si, por el contrario, miles de llamadas que se
reciben en favor de la vida a través del aumento de los servicios asistenciales,
de protección de sus derechos fundamentales y, en definitiva, de todo aquellos
que mejore su calidad de vida”
Desde la organización pensamos que es importante trasladar
a la opinión pública, la postura que se plantea internamente, respetando las
opiniones personales y particulares, pero reclamando una política más efectiva
de apoyos sociales para cuando surjan este tipo de casos, que se declinan hacia
una salida muy triste, sin que nadie les preste otra salida, porque, con
apoyos, la felicidad en muchos casos, es posible
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