Durante este mes de Diciembre el museo
La ferrería de Mirandaola (Guipúzcoa)
está llevando a cabo numerosas actividades relacionadas con los niños ya que
faltan pocos días para la visita del Olentzero
(un carbonero mitológico que lleva los regalos el día de Navidad a las casas).
Pero la más especial hasta el momento, fue llevada a cabo el 6 de Diciembre con la visita de 55 personas de la Asociación de Padres y Amigos de Personas Sordas
de Álava (ASPASOR), quienes participaron en un taller adaptado a ellos, gracias a Estela Rebe quien condujo el
evento en lengua de signos, contándoles a los asistentes la historia del
Olentezo, los secretos de su oficio y subrayo que “Estamos ante un colectivo que sin poder escuchar, debe manejarse
diariamente dentro de un mundo totalmente auditivo, la mayoría de las cosas de
nuestro entorno se rigen por los sonidos, un hecho constante frente al que
ellos se encuentran tremendamente desatendidos, por ese motivo, me parece muy
importante dar este tipo de pasos hacia la inclusividad”, además de servirle
a ella como un reto personal de aprendizaje y superación, por lo que también
señalo de su carrera, la cual realizo en la Escuela Príncipe Pio de Madrid “que ejercer de ello en los talleres de
Lenbur está resultando todo un reto de superación y aprendizaje.
Hace años que terminé mis
estudios, relacionarme con personas sordas es muy enriquecedor para mí en estos
momentos, además de llevar a la práctica y ampliar mis conocimientos, me
permite acercarme a una comunidad que tiene una manera muy particular y
especial de vivir, comunicar y relacionarse con el mundo que le rodea, algo que
me aporta y me enseña muchísimo”.
Para cerrar la jornada hubo un encuentro con él, donde los
niños le entregaron las cartas y compartieron unas castañas asadas.
Esta iniciativa se pudo llevar a cabo gracias a la preparación previa
que recibió el equipo del museo, basada en la adaptabilidad y accesibilidad, ya
que como explico Olatz Conde “Acudimos a una
sesión formativa muy enriquecedora, en la que nos mostraron cómo, muchas veces,
modificando pequeños aspectos, es posible conseguir que personas con
determinadas limitaciones puedan disfrutar mucho más fácilmente de la visita a
un museo o de un taller como el de Olentzero, y más desde Marzo contamos Estela
Rebe, quien se encarga de este taller”
Un ejemplo de la vocación por este colectivo que presenta el museo, es
que la convocatoria para realizar este taller reunió a 60 participantes, entre
los que se encontraba una persona de ASPERSOR, y le dio a conocer el evento a
la asociación, que de seguido se puso en contacto con el museo y este aunque ya
no tenía ningún hueco libre para
realizarlo, acordaron ambas parte
realizarlo de noche, ya que Mirandaola era los primeros empeñados en que la
asociación debería participar y acudir a su taller.
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