El 12 de febrero con motivo del Día
del cáncer infantil que fue el 15 de febrero, Enrique Escudero consejero de
sanidad de Madrid visito el Hospital
Niño Jesús, en concreto la unidad de
seguimiento destinado a los menores que han superado algún tipo de cáncer y
ahora las fuerzas se unen en prevenir enfermedades crónicas que suelen darse en
estos niños, los cuales hasta los 5 años
tienen un 80% de supervivencia y hasta los 10 años un 75%.
La finalidad de esta unidad que
se puso en marcha hace 2 años no es solo seguir de la mano de los niños su
salud, es llevar a cabo un estudio anual
de qué tipo de patología cancerígena afecta más a los menores según edad, y que
consecuencias les deja cada una de los tratamientos en su salud, ya que la
quimioterapia, radioterapia e incluso el trasplante tiene como complicación que
pasado los años puede dar lugar a segundos
tumores en distintos órganos o bien producir alteraciones de atención psicológica o cognitiva, las
cuales se producen en 3 de cada 4 niños, así mismo se ha visto en el estudio
que suelen ser susceptibles de problemas
cardiacos que en muchos casos acaban en patología cardiaca, por ello se les
realiza un seguimiento crónico con numerosas analíticas y capacidades físicas y
según den las pruebas se realiza un estudio
genético al menor y a su familia para comprobar en caso de que pueda tener
problemas cardiacos que estos no sean genéticos y si es así, tratar al menor y
a las personas portadoras de la patología en su familia.
Mientras que un 20% de estos luchadores al acabar el tratamiento por
completo tienen mucha facilidad de sufrir obesidad,
hipertensión arterial y diabetes, por ello esta unidad lucha también por
que lleven una vida donde incluyan la actividad física adaptada a sus
necesidades, que a su vez también les ayudara a mejorar su concentración, ya
que es normal que tengan problemas de concentración
y de memoria debido a la continua radioterapia recibida para poder vencer a
la patología principal.
Por último, se pide que este seguimiento
no se acabe a los 18 años, ya que ello solo trae consecuencias negativas
para el paciente y los profesionales de la sanidad, ya que cuando algún problema
empieza a dar la cara puede ser tarde, mientras que haber seguido con
seguimiento se habría cogido a tiempo, por ello no hay que dejar caer en el olvido nunca a estos pacientes, aunque
hayan superado el cáncer siendo niños.
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