martes, 4 de abril de 2017

Lipodistrofia parcial adquirida o Sindrome de Barraquer

La lipodistrofia parcial adquirida también llamado síndrome de Barraquer-Simons es una enfermedad rara que se caracteriza por perder tejido graso subcutáneo, afectando actualmente a 250 personas en todo el mundo.
Sus primeros síntomas se dan en la niñez o durante la adolescencia, iniciándose la perdida de tejido en la cara provocando surcos de piel, que rápidamente se habrá extendido al cuello, los hombros, brazos y por último el tórax.
A veces se presenta junto a otras enfermedades autoinmune, aunque lo normal es que este asociado a sordera de percepción, epilepsia, déficit intelectual y miopatías.
Actualmente el tratamiento depende de las manifestaciones  que se den, aunque suele ser la realización de ejercicios, medicación como la Leptina ya que sirve para regular las alteraciones metabólicas, administración de insulina en algunos casos, y un seguimiento nefrológico.
Según la causa que lo origina puede ser congénita cuando afecta a regiones delimitadas y generalizada cuando afecta a todo el cuerpo, pero ambas tienen como consecuencia que los pacientes debido a la perdida de grasa presentan alteraciones en los lípidos plasmáticos, lo que conlleva un gran porcentaje de desarrollar diabetes, hígado graso y alteraciones cardiovasculares.
Por todo ello recientemente investigadores del hospital universitario de la Paz de Madrid y del hospital universitario de Santiago están trabajando en conjunto para buscar una forma de diagnosticar la enfermedad más rápida, ya que actualmente es muy difícil de dar con ella y desde el primer síntoma hasta saber realmente que le pasa, lo más seguro es que la persona haya tenido que esperar años.
De momento Margarita López Trascasa jefa de la unidad de inmunología de la Paz junto Fernando Corvillo investigador predoctoral, y con la colaboración de David Arajulo responsable de la unidad de Lipodistrofia dentro del servicio de endocrinología del hospital clínico de Santiago, están analizando a 13 pacientes que padecen la patología, que de momento han confirmado que la enfermedad está relacionada con un mecanismo autoinmune que destruye el tejido adiposo, lo que conlleva a un diagnóstico más rápido y eficaz al igual que al afectado le ayudara a recibir un tratamiento específico a su problema.
De momento gracias a este conocimiento el hospital la Paz mediante su Instituto de Genética Médica y Molecular (INGEMM) han podido identificar la enfermedad a 3 pacientes del servicio de endocrinología infantil, que se sospechaba pero hasta ahora no se había podio confirmar que sufren lipodistrofia congénita, aunque el INGEMM lleva desde 2006 realizando el diagnostico de esta patología mediante el análisis simultáneos de genes implicados, ayudados con técnicas dirigidas  de secuenciación masiva, consiguiendo así una mayor información sobre los mecanismos fisiopatológicos que intervienen o esta predispuestos a desarrollar la enfermedad.
Pudiendo con ello identificar precozmente los factores genéticos y las mutaciones patogeneticas que se dan en los pacientes afectados, dando paso a poder llevar a cabo un seguimiento más vigilado y  suministrar las medidas terapéuticas necesarias en fase temprana, ayudando así a impedir que la enfermedad avance hasta que no tenga un buen presagio, y también se consigue dar mejores consejos sobre su genética tanto al paciente como a sus familiares.

Aunque para paliar sus síntomas, lo mejor es llevar a cabo una cirugía que consiste en la extracción de grasa en una zona sana del paciente, para colocárselo mediante injerto en la zona donde este dañada, de momento esta acción donde mejor la realizan es en La paz donde anualmente tratan así 20 casos de pacientes con lipodistrofias de origen desconocido, congénito o asociado al tratamiento antirretroviral en pacientes con VIH.



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